"He aquí los ojos de >Jehová el Señor estan contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra" (Amós 9,8)
Porque se nos ha inculcado la idea de que América latina es el más grande bastión del cristianismo. Pero esto es falso, y una de las mentiras que esta engañado a mucha gente.
La evidencia histórica y contemporánea nos demuestran que la corrupción moral, política, social, ideológica, económica, y demás, siempre existieron en todas las naciones de América latina, y esto no solo echa abajo la idea de ser un continente muy religioso sino que demuestra ser también, y cada vez más notorio, un continente anticristiano, para su propia desgracia.
Por tanto, Dios en su soberana Justicia ya ha decretado un juicio ineludible sobre este continente.
Desde México hasta Chile, y desde Centroamérica hasta las naciones del Caribe, no hay país que no se merezca el castigo divino, y obviamente tenemos que añadir a los EE.UU. a este juicio, por ser esta última nación la madre de todas las perversiones que han contaminado a Latinoamérica, sin dejar de lado a los millones de latinos que viven en los EE.UU. y que son tan anticristianos como los del subcontinente.
Por tanto, los juicios que se verán en esta parte del mundo serán tan catastróficos como el grado de maldad de cada nación.
Es así que en los próximos años se verán terremotos, maremotos, diluvios, inundaciones, huracanes, sequias, grados de calor y frio extremos, y que son la reacción de la naturaleza a la maldad continental.
A esto se sumará el hambre, las enfermedades, y una abominable contaminación de los recursos naturales.
Los actuales gobernantes junto con la maquinaria política y legal acrecentaran la maldad, la injusticia, la impunidad, la violencia, la división social, la represión, y la violación de los derechos humanos en todas sus formas.
Y en cuanto a lo religioso y lo moral, estos gobernantes serán parte de toda una corriente de inmoralidades e iniquidades que tendrán por misión destruir todo valor espiritual, ético, y bíblico; remplazándolos con antivalores, con los que querrán negar la existencia del Dios Santo.
A esta perversión se sumarán todos los credos en su mayoría católicos y evangélicos.
Y si bien es cierto que en medio de toda esta corruptela, todavía existirá un pueblo santo de hijos de Dios y que lucharan sin claudicar contra toda esta maldad, aunque será necesario que muchos de ellos glorifiquen al Dios Santo ofrendando sus vidas ante esta perversa generación.
