viernes, 22 de mayo de 2009

HAY UN RATON EN MI CUARTO

Había llegado a mi casa cansado después de un día agotador de trabajo.
Eran las 10 de la noche y solo deseaba descansar. Subí a mi cuarto y prendí la luz.
Luego me acerque a una silla que tengo en mi cuarto y me senté a descansar.
Puse mi mente en blanco, no deseaba pensar en nada, solo en dormir.
De pronto empiezo a oír un ruido, con mis ojos trato de ver de donde viene sin levantarme de la silla.
Entonces mis ojos son testigos de una aparición fantasmal, un ente que salía de la oscuridad del closet, era un ente que empezó a caminar por en medio de mi cuarto.
Por un momento deje de respirar, mientras quedaba paralizado ante aquella aparición sorprendente.
Era un ratoncito.
Su aspecto era como de una bolita de lana gris con cola, caminaba mirando al suelo como buscando alimento.
Por un momento el ratoncito se acercaba a mis zapatos, en mi mente pienso: Tengo que atraparlo.
Así que trato de hacer un movimiento pero el ratoncito nuevamente se esconde en la oscuridad del closet.
Al día siguiente, me levanto y empiezo a preparar un tema, en la noche tengo que ir a una iglesia invitado a predicar.
Mientras estoy preparando el tema aparece nuevamente el ratoncito.
Esta vez el ratoncito recorre todo el cuarto.
Por un momento dejo mis apuntes y observo al animalito. Nuevamente me asalta la idea: Tengo que atraparlo.
Entonces coloco una botella de plástico vacía y dentro de ella unas migajas de pan fresco, algo irresistible para un ratoncito que esta al hambre.
Intento atraparlo pero fallo. Me siento un miserable tratando de atraparlo, así que mejor lo haré con mi cámara digital.
Debo de tener un recuerdo de este incidente.
Las horas pasan y ya esta cerca las 8 de la noche, hora en que tengo que salir a la iglesia.
Tengo que orar al Señor antes de salir.
Me arrodillo en la silla en donde observe al ratoncito por primera vez, y empiezo a orar pidiendo al Señor Jesucristo dirección para mi vida y para cuando este predicando.
Fue un momento hermoso en que sentí la presencia del Señor, sin embargo observe que había otra presencia cerca de mí.
Cuando me puse de pie agradeciendo al Señor, junto a mis rodillas estaba el ratoncito durmiendo, como buscando refugio y calor, pero el animalito despierta y rápidamente corre al closet.
Fue la última vez que lo vi.
Cuando volví a mi casa ya no lo encontré.
Ahora, con mas calma pienso que Dios me dejo una enseñanza, y es que: Yo soy como ese raton.
Camino buscando lo que me gusta(y a veces son cosas malas), en mi deseo por tenerlo me meto en una botella de problemas, problemas que quieren atraparme.
Pero el Señor es tan bueno que no quiere verme atrapado, y me da la salida a esos problemas que yo mismo busque.
Dios evitara que yo no busque problemas pero si busque refugio en El,que busque su calor y su amparo.
Perdoname Señor por buscar lo indebido.
Y para este ratoncito, mis respetos.