"Tarde o temprano, el malo será castigado" (Proverbios 11,21) No Existe ningún hombre malvado que no haya quedado sin un juicio popular. Mussolini, Sadam Husein, Muhamar Gadafy son algunos criminales que murieron en manos de sus pueblos,, y Nicolás Maduro no será la excepción. Esto es una ley divina. El fin de el perverso Maduro, así como lo fue el de su finado antecesor Hugo Chávez, ya se avisóra, pero con él también morirá el chavismo que ha dividido al pueblo de Venezuela. Solo hay que esperar el momento. Sin embargo, tanto los opositores como las fuerzas armadas tendrán que unir fuerzas para que el chavismo no produzca más daño, y todos los secuaces de este vil gobierno no escapen a la justicia y sean encarcelados, en la misma forma como lo hacen con gente inocente. La tarea de reconstruir un país sin corrupción, ni atropellos, un país con libertades y con progreso será la labor del que reemplace a Maduro.
